Cuantas veces en la vida y de que manera tan variada, nos toca despedirnos.Utilizo el ejemplo de las despedidas como reflejo de nuestra capacidad de afrontamiento. Como ejemplo, de cómo aprendemos a afrontar situaciones.
Desde las despedidas cotidianas, a nuestros familiares al salir de casa para marcharnos al trabajo, al bajarnos del autobús o salir de un establecimiento (quien tenga la costumbre de hacerlo); al terminar nuestra jornada laboral a nuestros compañeros de trabajo o público al que atendamos…entre otras muchas…
Hasta aquellas despedidas menos frecuentes en nuestra vida y creo que por tanto mucho más trascendentes automáticamente por el hecho de no volvernos a ver, durante un largo periodo de tiempo o quizás para siempre.
Índice
Somos muy capaces de afrontar.
Al final, pongo este ejemplo de las despedidas, como hechos que forman una gran parte de nuestra vida y que sin embargo, en tantas ocasiones, psicológicamente, nos parecen tan difíciles de elaborar.
Creo, que ya, en varios momentos, he comentado lo simple que es el ser humano a la ahora de afrontar situaciones.
En realidad, disponemos de tan poquitos registros…
Que sean pocos, no significa que exista un vacío en nuestra capacidad de afrontamiento.
¡Más bien lo contrario!
Significa, que como si de esos detergentes concentrados se tratara, de poquitas dosis, podemos sacar tanto rendimiento…
Significa, que esos poquitos registros, tienen una gran flexibilidad y capacidad de adaptación.
Y esto lo podemos observar muy claramente, volviendo al ejemplo de las despedidas.
¿Qué sucede cada vez que nos despedimos de algo o alguien?
Cada vez que nos toca despedirnos, en nosotros toca elaborar un duelo, que será menor o mayor, más o menos consciente, de mayor o menor dificultad o esfuerzo….según sea esa despedida, dependiendo de como sea la pérdida ( más o menos temporal o que deje un mayor o menor vacío).
Pero no es del duelo de lo que quiero hablar en esta reflexión de hoy, ya que, de ello he hablado en anteriores posts.
El ser humano tiene la gran capacidad de afrontar cualquier situación.
De lo que hoy quisiera hablar es de lo capacitados que estamos los seres humanos para adaptarnos y afrontar situaciones sin ni siquiera, ser conscientes de ello.
Si tenemos en cuenta, que nuestros procesos psicológicos, al igual que nuestros músculos o nuestra capacidad atlética, requieren de una práctica y un entrenamiento para cada vez funcionar mejor, mucho de este entrenamiento, en el caso de tales procesos cognitivos, lo estamos ejerciendo a veces incluso, no siendo conscientes de ello.
Tenemos una gran capacidad de afrontamiento y enfrentamiento de situaciones, gracias a cómo ejercitamos y entrenamos esa capacidad, sin que en realidad seamos conscientes.
El poder de la desensibilización.
Si además, a esto que comento sobre nuestra capacidad para elaborar procesos tan complejos como el duelo, le añadimos nuestra capacidad para la desensibilización, generamos en nosotros un grandísimo poder.
Gracias a la desensibilización seremos capaces de superar nuestros miedos, adquiriendo la capacidad de enfrentarnos cada vez mejor a estímulos que en principio, nos eran dolorosos y nos producen algún sufrimiento.
Como conclusión
Es importante saber que somos muy capaces de afrontar y enfrentar situaciones, para que al sentirnos con ese poder, nos podamos contar la vida de manera mucho más fácil.
Aunque no seamos conscientes, constantemente, en nuestra vida, estamos elaborando procesos tan complejos como son los duelos.
Al mismo tiempo, gracias a la desensibilización, somos capaces de enfrentarnos a estímulos que en un principio, consideramos como peligros y amenazas.
Así, poco a poco, y con el constante entrenamiento de nuestro día a día, adquirimos las herramientas que nos darán la capacidad de obtener un calidad de vida.
Así, podremos cumplir con el concepto de la verdadera Felicidad.
Aquel concepto basado en que:
«…la felicidad no se basa en conseguir metas sino en sentirnos con la capacidad de conseguirlas…»
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