Sobre la autoimagen

Una parte importante del concepto que tenemos de nosotros mismos, es la imagen nuestra que tenemos proyectada en el cerebro. Hablar sobre la autoimagen es algo necesario cuando queremos hablar de autoestima.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo os sentís cuando escucháis vuestra voz grabada? ¿Os gustáis al veros en fotos? ¿Os reconocéis si os veis en vídeo?

Lo cierto es que si no estamos muy acostumbrados a ver nuestra imagen, ya sea en foto, vídeo o a escuchar nuestra voz, de primeras, no es raro sentirnos extraños. En general, la imagen que percibimos cuando nos miramos en el espejo puede resultar muy distinta de lo que percibimos en cada uno de estos formatos. Y es que esa imagen percibida en el espejo, está más influenciada por esa otra imagen que tenemos proyectada en nuestro cerebro. Nuestra autoimagen.

Además dicha imagen, se ve muy afectada por el estado de ánimo en que nos encontremos. ¿Habéis notado alguna vez que hay días en que os veis o mejor dicho, os sentís más guapos que otros? Si, si… incluso si vamos vestidos o arreglados de la misma forma. Este es un claro ejemplo de esa percepción subjetiva que tenemos de nosotros mismos y nos da una pista muy importante de cómo podemos trabajar a nivel psicológico este aspecto, para que al tiempo, podamos mejorar nuestra autoestima.
Como ya mencioné en la entrada titulada “de fuera a dentro”,

Ésta, también es otra forma de trabajarlo. Podremos conseguir que nuestro estado de ánimo cambie y como consecuencia nuestra autoestima, haciendo el esfuerzo de ponernos guapos. Aunque en ese momento, sea lo último que nos apetezca.
Al final, es un poco lo mismo que he venido contando en capítulos anteriores. Arreglarnos, hacer por vernos guapos (independientemente del estilo que tengamos), significa cuidarnos, mimarnos y por tanto favorecer esa relación con nosotros mismos.
Para terminar, me gustaría, en relación a lo que aquí os cuento, que hicieseis un experimento. Os propongo os grabéis en vídeo y que os miréis. Una vez habiendo hecho esto, preguntaos qué sentís y cuál es el o los pensamientos que os está llevando a ese sentimiento. Si se tratase de algo negativo, tratad de cambiarlo bien mirando otros aspectos de vuestra imagen, buscando algo vuestro que os guste… Haciendo por mejorar vuestra relación con vosotros mismos. Si hacerlo os cuesta, repetid el ejercicio tantas veces como lo necesitéis para irlo consiguiendo. Un paso importante será el de acostumbraros a vuestra imagen, lo que hará no recibiros como extraños.

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