VIDA NO HAY MÁS QUE UNA

¿Os habéis dado cuenta la cantidad de veces que actuamos en la vida olvidándonos de esto? ¿Olvidándonos que vida no hay más que una?

Me refiere a todas aquellas veces que decidimos no disfrutar, dejándonos llevar por la desidia, la tristeza, el mal humor e incluso el orgullo…
Todas aquellas veces en que procrastinamos, dejando de tomar decisiones y de dar pasos que podemos dar para avanzar, solo por el hecho de dejarlos para otro momento, movidos por el miedo al cambio principalmente…
Todas aquellas veces, que sin embargo tomamos decisiones que nos derivan a llevar a cabo comportamientos irracionales, que sólo nos sirven, sobre todo, para engañarnos a nosotros mismos e incluso engañar a los demás… sólo por el afán de no querer ver la realidad…
Todas aquellas veces que nos dejamos llevar por nuestras sensaciones más primarias, con el objetivo de proporcionarnos bienestar inmediato y sólo a corto plazo, como si de un parche se tratara…
Aquellas veces en que damos mucha más importancia y valor a aspectos frívolos y banales, de nuestra vida, dejando en un segundo plano lo que de verdad importa…
Yo no quiero dar ejemplos… Seguro que a vosotros se os ocurren multitud de ellos, que representen cada una de estas situaciones. Si no es así, sólo tenéis que pararos a pensar un poquito.
Son tantas las personas que me he encontrado tanto en mi vida personal, pero sobre todo en la profesional, que al vivir un acontecimiento crítico en su vida, han descubierto que no estaban viviendo su vida como realmente ésta se merecía. Digamos que ese acontecimiento en cuestión, les ha enseñado a darse cuenta de esto que os cuento y al mismo tiempo sabemos todos: que vida no hay más que una…. Aprendamos de ellos y no tengamos que esperar a que haya un punto de inflexión en nuestra vida, para vivirla como la debemos vivir…
Y es lo que quiero conseguir con esta publicación de hoy. Que os paréis y reflexionéis ante cada una de las cosas que hacéis. Y haceros esta pregunta: ¿estaré viviendo este momento como realmente se merece vivirlo? ¿Estaré dándole más o menos valor del que se merece?
Ya sabéis, muchas veces de la mera identificación, ya procedemos al cambio y si no es así, no dejéis de pedir ayuda al necesitarlo.

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