¿Sabéis el poder que tiene un Te quiero?
Y no sólo me refiero al efecto que produce el sentirnos queridos.
Efecto muy positivo, sin duda, como seres sociales que somos y por lo cual tenemos una naturaleza gregaria y una necesidad de sentimiento de pertenencia.
En este post, siguiendo con esta serie basada en mi investigación sobre el cambio de estado mental en cuestión de instantes, sobre todo, quiero referirme al efecto que produce esas dos palabras: Te quiero.
Todos, y no me arriesgo hablando con tanta seguridad, hemos escuchado, alguna vez, un Te quiero de boca de alguna persona importante de nuestra vida o entorno. ¿Verdad?
¡Es precioso el efecto que produce! Aunque lo escuchemos de alguien de quien no estamos recibiendo nada nuevo, porque ya lo sabemos…
Sin embargo, nos encanta oírlo. Y eso, que a día de hoy, tampoco se escucha tanto.
En la actualidad, vivimos en una sociedad que va a un ritmo tan rápido, que apenas frena y donde muchas cosas se dan por hecho. Por eso, pocas veces se dice “Te quiero”.
Pero, como en este artículo no es la crítica, lo que quiero, continuo entonces…
Siguiendo por la línea del cambio de estado mental en instantes, y… ¿habéis comprobado el efecto de decir “Te quiero “? ¡¡¡Sí,sí!!! Me refiero no solo a recibirlo, sino a decirlo…
A lo mejor, hace tanto tiempo que no dices “Te quiero” que ya ni te acuerdas. ¿Recuerdas cuando fue tu última vez?
Si no hace mucho, ¡enhorabuena!
Si hace más, te animo a que no tardes mucho en probarlo.
Lo más tempranamente posible, coge el teléfono si no tienes a esa persona cerca y dile: “Te quiero”.
Seguramente, su reacción en principio sea de sorpresa, e incluso, es posible que te pregunte si te ha pasado algo…
Pero sobre todo, con lo que quiero que te quedes, al hacer este experimento, es con la reacción que en tí ha producido decirlo…
¿Veis como el cambio de nuestro estado mental está en nuestras manos?
Te espero en los comentarios para que compartas tu sensación…