Pues ya hemos llegado a otro punto de toda esta situación que llevamos viviendo desde hace, algunos dos meses, otros más, otros menos… Estamos en el momento de sacar la Resiliencia para la Desescalada.
Lo cierto es que, esta situación de pandemia, es algo por lo que estamos pasando todos, absolutamente todos. Por eso, como ya he dicho, yo me encuentro en una constante terapia de grupo. Y en ella, lo que estoy observando son reacciones bastante comunes o generalizadas, a la vez que existen reacciones muy diversas.
También, estoy identificando que, en cada momento, cada paso que vamos dando, o cada avance que surge, aparecen distintas reacciones.
En este momento, en el comienzo de la Desescalada, algunos todavía en Fase 0, otros en la 1 y algunos afortunados, incluso en la Fase 2, diría que las principales reacciones con las que me estoy encontrando, son las siguientes:
Índice
Miedo.
Algo que he tenido muy presente, durante todo este fenómeno social e histórico que estamos viviendo, es algo tan sencillo como que, el miedo es lícito. Debemos de aceptarlo y permitírnoslo.
Al principio era un miedo más al contagio, a la enfermedad en sí o incluso al dolor, sufrimiento y todo lo que conlleva una enfermedad…
Ahora es miedo a salir de una nueva zona de confort. Sí, aunque parezca mentira, ya hemos construido nuestra zona de confort, en este confinamiento.
De este miedo, algunos expertos hablan de él como el Síndrome de la Caverna.
¿Qué es lo positivo que yo le saco a esto?
La gran capacidad de adaptación que tenemos los seres humanos. Lo fácil que nos habituamos a las distintas situaciones. La rapidez con la que nos construimos zonas de confort. Esto, considero que, es algo que debemos de tener muy en cuenta para confiar en nosotros mismo y no temer tanto a los cambios.
Con esto, nos estamos demostrando, que venga lo que nos venga, somos capaces en poco tiempo de hacerlo nuestro.
Crispación.
Probablemente, por el miedo, es decir, el estado de alerta que este genera, estamos a la defensiva.
Esta puede ser la explicación a la crispación, hostilidad o “mal rollo” que muchos de mis pacientes me dicen haber percibido en la gente, al salir a la calle.
Para quienes me estéis leyendo, me gustaría que entre todos no olvidásemos, que si ha habido algo bonito, durante todo este confinamiento, han sido las muestras de solidaridad, compañerismo y vecindad que ha habido. Es importante que esto no lo olvidemos, y que cuando vayamos por la calle, recordemos que esa gente, también estaba con nosotros aplaudiendo en su balcón o ventana. Que este, el de los aplausos, y otros movimientos que han surgido, fueron posibles, gracias a un objetivo que todos teníamos en común.
No nos olvidemos tampoco, y vuelvo a repetir: que todos absolutamente todos, estamos pasando por lo mismo (aunque reaccionemos de maneras diferentes).
Al fin y al cabo, esto nos debe de unir en lugar de proyectar la crispación o el cansancio que genera, a quienes encontramos en nuestro camino.
Los policías de Balcón.
Otra de las reacciones que se está dando, es esta de sentirnos los jueces de todo el mundo.
Supongo que porque tenemos ganas de terminar con todo esto, en general, nos hemos puesto en un “modo juez”, que nos hace, valga la redundancia, juzgar los comportamientos de los demás.
Precisamente, al hacer esto, también sentimos que a nosotros también se nos está juzgando, lo cual, hará que sintamos una presión y un malestar al salir a la calle.
Como podremos imaginar, por tanto, este es un factor que influye tanto en el miedo a salir a la calle, como en la crispación.
Evidentemente, aunque a esto nos lleve el cansancio y la impaciencia, no es la manera de extinguir ninguna de estas sensaciones.
La impaciencia, la podremos trabajar como tantas otras veces hemos dicho, centrándonos en nosotros mismos y trabajando pequeñas metas. Se podrá suprimir, con el paso a paso.
La crispación, ante este tipo de situaciones, se puede vencer con un cambio de pensamiento.
Cambio de pensamiento basado en la empatía, tratando de entender que puede haber razones en cada uno, que desconocemos, que lleve a este comportamiento. Lo que entendemos con que cada uno tiene sus circunstancias.
No olvidemos que uno de los lemas de esta pandemia, es el de “Juntos podremos superarlo”.
Este tipo de actitudes de juicio a los demás, nos lleva a algo muy distinto a la unión.
Decepción.
Al principio de esta Cuarentena, hablábamos de que íbamos a soñar con aquellas cosas que algún día recuperaríamos de nuestra vida normal.
Hablábamos de que cosas de lo más mundanas, que formaban tanta parte de nuestro día a día, se convertían en sueños para nosotros, que algún día íbamos a alcanzar.
Sin embargo, ahora que empezamos a recuperar la normalidad, nos estamos dando cuenta que esa “normalidad” no va a ser la de siempre o que quizás esta, la de siempre, todavía tardemos mucho en poderla recuperar.
Con esto de las fases de la desescalada, nos estamos dando cuenta que esta recuperación va a ser poco a poco y que aquello con lo que nos estábamos ilusionando o que incluso servía de motivación, todavía tardará en llegar.
Esto hay en quien ha generado una gran decepción.
Medidas psicológicas a tomar durante la Desescalada.
Tras esta serie de emociones que surgen de manera generalizada en este punto en el que nos encontramos, con sus consecuentes reacciones, tendremos que tomar medidas.
Se me ocurre la primordial de estas medidas y es poner en marcha nuestra Resiliencia.
¡Qué fácil resulta decir esto! ¿Verdad?
No me quedo sólo en ello, te voy a explicar cómo hacerlo:
Paso1: No se es Resiliente sino que se está Resiliente.
Se ha demostrado científicamente, que las personas con más facilidad para sacar su parte Resiliente, son personas que han pasado por momentos difíciles.
Estar Resiliente implica identificar el dolor y la emociones negativas ante una situación, incluso recurrir a la queja.
Pero, una vez esto ya lo hemos hecho, empezaremos a resurgir, a reconstruirnos.
La resiliencia es una fortaleza que se entrena y que podemos desarrollar.
Para ello, es necesario no evitar constantemente el sufrimiento.
Paso 2: Pasar del por qué al para qué.
Durante el momento de queja, será el “por qué” el que esté presente.
Ahora se trata de llegar al “para qué”. Se trataría de preguntarte, qué te puede enseñar esto.
Qué podrías aprender con lo que te está pasando.
Debemos tener en cuenta que nuestras emociones tienen una función adaptativa.
Intentemos encontrar esta función.
Paso 3: Dejar de ser víctimas, para pasar a ser afectados.
Y está cuestión, yo la veo como una cuestión de grado.
Metafóricamente hablando, mientras la víctima tiene una losa encima que le impide moverse, el afectado tiene heridas o incluso rasguños que no impiden la ejecución.
¿Qué más tiendes a sentirte: víctima o afectada?
Está bien si te haces esta pregunta y si al detectar tu victimismo, consigues cambiarlo por afectación, ya estrás trabajando tu Resiliencia.
Paso 4: Mira a lo que tienes y no a lo que te falta.
En estos días de empezar a movernos un poco más, hay quienes se han encontrado con gente querida, de su entorno y en lugar de celebrarlo, me han dicho, por ejemplo: “¿De qué sirve si no le puedo dar un abrazo?”.
En este caso, como podrás observar, se está mirando más desde lo que falta, desde los “peros” que interrumpen la perfección.
Otro de los elementos claves de la Resiliencia, sin embargo, es todo lo contrario: mirar más lo que tienes y vas consiguiendo y no tanto, a lo que te sigue faltando.
Si entendemos que la construcción que generamos cuando estamos resilientes, es un proceso, este irá paso a paso.
Si encada uno de esos pasos, sentimos que vamos consiguiendo cosas, esto servirá de Refuerzo positivo para seguir trabajando en la misma dirección que la Resiliencia nos marca.
Siempre necesitaremos un “premio” o “un refuerzo”, para mantener una conducta.
El comportamiento Resiliente, se verá reforzado si sentimos que vamos consiguiendo algo.
Conclusiones ante la desescalada.
En esta nueva o nuevas etapas en las que nos encontramos, en la pandemia del Coronavirus, van a surgir una serie de reacciones como consecuencia de emociones negativas, que sin embargo, será necesario cambiar.
La manera de hacer ese cambio, será mediante una herramienta denominada Resiliencia. Está ayudará a salir de esta situación fortalecidos. Esta herramienta se puede entrenar y practicar.
Pero tengamos en cuenta, ante todo, que en primer lugar, es necesario identificar el malestar.
No se trata de evitar aquello que estamos sintiendo, sino de ver cómo hacemos con ello.
Como siempre, en todo este proceso, si encuentras dificultad, no dejes de contar conmigo para ayudarte.
Desde Psicólogo para ti, mediante la terapia online, podremos entrenar esa herramienta que tienes, llamada Resiliencia.