¿Conocías el síndrome del impostor?
¿Has sufrido alguna vez esto?
A lo mejor, ni siquiera sabes de qué te estoy hablando, pero seguro que si te adentras un poco más, te identificas con lo que te cuento en esta entrada de hoy.
Índice
QUÉ ES EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR
El síndrome del impostor surge cuando alguien ha alcanzado, generalmente a nivel profesional, una posición de éxito. Ya sabemos, que como la mayoría de las cosas, el éxito es relativo. En este caso me refiero a, por ejemplo, lograr una posición profesional deseada.
SÍNTOMAS DEL SÍNDROME DEL IMPOSTOR
El síndrome del impostor consistiría en desde el comienzo del logro, síntomas tales como:
- Pensamientos de inseguridad relacionados con no merecerse la posición alcanzada.
- Pensamientos del tipo: «en cualquier momento los demás descubrirán que no soy capaz de pertenecer a ese lugar».
- Pensamientos relacionados con no saber desempeñar las tareas encomendadas en una posición de ese tipo.
- Baja autoestima.
- Otros de los síntomas del síndrome del impostor son ansiedad y miedo.
- Sentimientos negativos como puede ser tristeza, impotencia, rabia y tendencia a la culpabilidad si las cosas salen mal.
El síndrome del impostor es mucho más frecuente de lo que imaginamos y aunque, en principio, pudiese surgir de manera transitoria fruto de la adaptación al nuevo puesto, hay quien llega a cronificarlo de tal forma, que no consigue nunca disfrutar de sus éxitos logrados.
CÓMO SUPERAR EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR
El primer paso para aprender a superar el síndrome del impostor, consistiría en racionalizar todos aquellos pensamientos que están generando sentimientos de tal negatividad.
Cuantificar y analizar, con objetividad, nuestros logros y pasos conseguidos para llegar a donde nos encontramos.
Confiar en el criterio de aquellas personas que nos han valorado.
Entender, siendo flexibles con nosotros mismos, la causa de nuestros fallos, sobre todo, en los comienzos de la realización de la actividad.
Confiar en nuestra capacidad de adaptación, por ejemplo, echando la vista atrás y valorando situaciones del pasado en las que pudimos adaptarnos.
No compararnos con las demás personas que ejercen una actividad similar a la nuestra.
Practicar técnicas de relajación que permitan reducir la ansiedad y así poder valorar la situación con una mayor objetividad.
Recurrir a la ayuda de un profesional, si observamos que los síntomas se prolongan, no permitiéndonos disfrutar de ese éxito o posición deseada.
Si a medida que lees esto, sientes que te identificas con lo que es el síndrome del impostor, quizás te apetezca plantearme tu situación o tus dudas. No dejes de hacerlo en los comentarios o en la sección de contacto de la web.
Si te ha gustado esta entrada de hoy sobre el síndrome del impostor y te ha servido de ayuda, no olvides dejarme tu «like» y seguiré escribiendo entradas como esta.