¿Sincericidio?

¿Sobrevaloramos la sinceridad? ¿Cometemos sincericidio?
Sí, me refiero a todas aquellas ocasiones en que, por ese afán de ser sinceros, ni siquiera nos planteamos el daño que podamos hacer a los demás.
Si partimos del comienzo, primero nos deberíamos de preguntar por qué creemos necesario ser sinceros. Ese elemento tan importante que forma parte de nuestra inteligencia emocional, la empatía, es la que creo, en un principio que haga que seamos sinceros.
Si no, preguntémonos, ¿qué preferimos el dolor de una mala noticia o que nos mientan?
Yo creo que en la mayor parte de los casos contestaríamos que la mentira llega a doler tanto, que preferimos se nos diga la verdad.
Pero, en el ser humano, no todo es blanco o negro. Nada debe ser radical y sobre todo, debemos tener en cuenta que existen muchas maneras de hacer las cosas. En este caso sería distintas maneras de decir la verdad.
Y creo que la primera pregunta sería la del ¿para qué? ¿Sirve de algo ese comentario que yo quiero hacer llegar al otro? ¿Ayudaría a la persona que se lo quiero hacer? Incluso, ¿mejoraría nuestra relación?
Creo que a veces, en ese afán por decir la verdad, hacemos participe al otro de procesos nuestros que no le corresponden. Con esto me refiero, a que, incluso, si yo no sé qué contestarte a algo, no es necesario que lo haga en ese momento. Más vale esperar y quizás ni siquiera decirte que tengo dudas al respecto de lo que quieras que te conteste, si eso te puede hacer daño.
Obviamente, no creo que sea bueno que te tenga que mentir, simplemente decirte que no es el momento para que yo te pueda contestar a ello.
Porque ser sinceros no significa dar toda la información. Porque si yo quiero hablar de cómo me siento, o ello, puede ser importante para el manejo de una situación, no es imprescindible hacer partícipes de todos mis procesos para llegar hasta esos sentimientos.
Soy consciente de estar planteando esta entrada de manera muy genérica. Pero también creo, que a medida que la hayáis ido leyendo, a vosotros os han surgido vuestros propios ejemplos.
¿Os apetecería compartirlos conmigo? ¿Te apetecería que reflexionásemos sobre esto con un ejemplo concreto?
Te animo a dejar tu cometario.

Contáctame y dime cómo puedo ayudarte

Otros Artículos de psicología que pueden ser de tu interés