Nos encontramos en fechas en que acostumbramos a pedir. Los niños piden sus regalos de Navidad, los adultos pedimos nuestros deseos de nuevo año…pero, realmente, ¿sabemos pedir?
Parece algo sencillo y sin embargo no lo es. Generalmente, en pedir encontramos grandes dificultades. No sólo erramos en el contenido de nuestras peticiones, recordad: “cuidado con aquello que deseas”…sino que también cometemos el error en la forma en que pedimos.
A veces, nos es tan costoso, que llegamos a dejar de hacerlo y lo que es peor, es que aún así, pretendamos que se nos proporcione aquello que queríamos pedir. Un ejemplo, lo que muchas veces pasa en las relaciones de pareja, el famoso: “debería salir de él/ella”. Es un gran error el de esperar que el amor y el compromiso tenga unas normas universales establecidas en la manera de expresarlo. No se nos debe de olvidar que todos somos diferentes y por tanto, tenemos distintas formas de expresar. Lo que para mí, es evidente, pueda ser que para tí no y viceversa. Por eso, si yo quiero que en mi relación se me proporcione algo, lo más recomendable es pedirlo explícitamente. Sí, resulta curioso, pero si lo pensáis es lo más práctico. Evidentemente, para ello, hace falta una buena comunicación que ayude a establecer una confianza e intimidad en la relación. Y todo esto, lo podemos extrapolar a cualquier tipo de relación más allá de la de pareja, como por ejemplo relaciones de amistad y relaciones familiares.
Pero esto de poner en práctica el saber pedir, debemos aplicarlo a cualquier otro ámbito de nuestra vida. Si lo pensamos, no me digáis que nunca habéis tenido que pedir algo por ejemplo, en el trabajo. Algo tan importante, que sin embargo es necesario saber hacer y para ello, existen ejercicios muy prácticos en terapia basados en aprender a ser asertivos y manejar correctamente este tipo de situaciones.
Por último en relación, a esto del pedir, hablar de un perfil de personalidad que si nos identificamos con él de forma extrema, nos puede traer consecuencias muy negativas. Hablo del perfil del cuidador, que es aquella persona que se dedica a cuidar a todo aquel que le rodea, creyendo proporcionarles lo que ellos necesitan (pudiéndose equivocar por ello, lo que puede resultar frustrante) y sin embargo, a la hora de él dejarse cuidar o pedir ayuda, nunca lo hace. Creo que es obvio, el porqué esta manera de ser, trae consecuencias negativas en la búsqueda de nuestra felicidad. Si os identificáis con ello, tratad de cambiarlo y la manera de hacerlo es pidiendo ayuda para ello.
Para terminar, vuelvo a hacer referencia a lo que comentaba el principio: ¿qué le pedís al nuevo año? o lo que es lo mismo: ¿qué os pedís para este 2017?. Sea lo que sea, hacedlo bien, de la manera más clara y explícita y sobre todo, que sea alcanzable.
¡Feliz 2017 a todos!