Llegadas estas fechas, hablar de vacaciones es uno de los temas estrella de nuestras conversaciones. Son las más deseadas, con lo que más soñamos… pero, cuando llegan ¿sabemos aprovecharlas?
Uno de los elementos clave, para decir que hemos disfrutado de las vacaciones, es la desconexión. Esto es algo que a veces se consigue por sí solo, en parte, dependiendo del plan vacacional que tengamos, pero, en ocasiones, es algo que tenemos que esforzarnos para conseguirlo.
Es mucho más fácil desconectar si cambiamos de aires y sobre todo, si ese cambio de aires nos lleva a algo muy distinto de lo que vivimos en nuestro día a día. Pero como, en ocasiones no es tan fácil podernos permitir ese cambio, podremos conseguir la desconexión llevando a cabo estrategias del tipo: cambiar de rutinas, llevar a cabo actividades diferentes, encontrarnos con gente a la que llevamos tiempo sin ver, no hablar (ni pensar) de trabajo y a poder ser, olvidarnos del móvil.
Otro elemento importante, es el descanso y la reparación. Y aquí, no solo me refiero a descanso físico (el “tirarnos a la bartola”) si no también, descanso psicológico, de nuevo hace referencia a llevar a cabo actividades distintas de aquellas que forman parte de nuestro día a día y que son las que nos han acabado agotando. Os remito a la entrada sobre cansancio, para que recordéis la diferencia que existe entre ambos. https://psicologoparati.com/cansancio/
Y sólo con estos dos elementos, obviamente podremos añadir otros más, cuando volvamos de vacaciones, aunque nos cueste, notaremos que las hemos aprovechado bien. Nos dará mucha pereza volver al trabajo y a la rutina, pero en cuanto nos veamos metidos en actividad, nos daremos cuenta que lo hemos logrado.
Antes de irnos de vacaciones, es importante, como en todas las cosas que hacemos, el autodiálogo. En él, debemos de negociar con nosotros mismos, qué es lo que queremos para estas vacaciones y cómo podemos lograrlo. Sirve de ayuda hacerse propósitos y tratar de cumplirlos, aunque el propósito sea, cero normas y restricciones… Por otro lado, tampoco está nada mal, continuar con nuestro ejercicio de auto-observación durante el periodo vacacional, para analizarlo e identificar cuáles son esos elementos vacacionales que me servirían también de ayuda, para aplicar en mi rutina del día a día. Por ejemplo, si en vacaciones me suelo comer un heladito después de comer, ¿por qué no hacerlo también a la vuelta?… Seguro que me sirve como herramienta para que no se me haga tan difícil.
Así que, si estáis a punto de iros de vacaciones o estáis en ellas, espero os sirvan estas recomendaciones para sacarles el mejor provecho. Ya que son algo tan ansiado, ¡no las desaprovechemos!