Una conversación pendiente
Hace días en una charla sobre motivación y resolución de problemas: psicología, escuché algo así como que, todo aquello que nos resulta molesto, incómodo, incluso difícil en nuestra vida, se resuelve con una conversación pendiente.
Esta idea me resultó llamativa, incluso un tanto arriesgada. Me parecía muy radical poder hacer una afirmación de este calibre. Pero, puedes con tan solo una conversación resolver todos los problemas?
Y pensé… si fuese así… Sería una manera de simplificar las cosas, la realidad, o mejor dicho, nuestros problemas…
Así que, seguí reflexionando y en mi afán por encontrar excepciones a la resolución de problemas con una conversación pendiente, me dije:
Vale, ¡ok! Supongo que sí, en lo que se refiere a resolución de conflictos con los demás, en problemas de tipo relacional, la comunicación es la herramienta estrella.
Esto lo tengo muy experimentado a lo largo de toda mi profesión, lo tengo bien claro.
De hecho, soy yo la primera que fomenta recurrir a la comunicación ante cualquier conflicto en cualquier aspecto de nuestra vida.
Propongo hablar con nuestro jefe o compañero ante problemas en el trabajo.
Obviamente, propongo hablar con nuestra pareja, cuando algo en nuestra relación no está funcionando…
Incluso, me parece importantísima esa comunicación, en momentos de despedida. Ante fallecimientos, o despedidas de cualquier tipo…
Resolución de problemas personales
Pero, y ¿cuándo se trata de conflictos con nosotros mismos?
No hay ninguna duda, aquí es cuando entra en juego nuestra querida introspección. ¿Os acordáis de ese diálogo con nosotros mismos? Aquel, que claramente, ayudará a resolver cuando estamos en conflicto con nosotros mismos.
Aquel que sin duda, al practicarlo en todo momento, ayudará a prevenir tales conflictos.
Y ahora, os pregunto a vosotros: ¿Qué opináis de la resolución de problemas en psicología? Os invito a que hagáis vuestros comentarios.