¿Os habéis visto alguna vez en alguna situación de vuestra vida, haciéndoos esta pregunta: cómo hemos llegado hasta aquí? Si estás o has estado en una relación de pareja seguro que sí.
Si es sí, ¿recordáis qué estaba pasando?
Supongo que se trataría de una situación, en la que, tras haber transcurrido un tiempo, de pronto, como inesperadamente, nos hemos encontrado en un punto en el que no queríamos estar…
Se me ocurren algunos ejemplos:
– Acabar un curso de estudios, habiendo suspendido una o incluso algunas asignaturas…
– Cuando habiendo estado “tonteando” con alguna sustancia adictiva (tabaco, alcohol, cocaína…) nos damos cuenta que ahora no podemos vivir sin ella…
– Cuando de pronto, en nuestra relación de pareja, no hacemos nada más que discutir, nos damos cuenta que cada vez tenemos menos cosas en común y que ya no sentimos lo mismo que antes…
Al final, tratándose de situaciones con mayor o menor gravedad, en ellas está el elemento común que falta y que sin embargo habría evitado el llegar hasta ahí. En realidad, ninguna de ellas surge de repente aunque nos dé esa sensación… Al final en cada una de ellas hay una acción que por exceso o defecto, nos ha hecho llegar hasta ahí.
En el estudiante que suspende, le ha faltado estudiar y perseverancia para lograr otros resultados más deseados.
El que se encuentra enganchado a una adicción, le ha sobrado “ese jugueteo” con la sustancia, que le ha llevado a una adicción.
El que se encuentra en una relación de pareja que se está apagando, le habrá faltado trabajo, empeño y dedicación en su relación de pareja.
Y es en este último ejemplo, el de las relaciones al que más quiero dedicar este post.
En la relación de pareja
Porque sólo os pido que penséis: ¿qué le sucede a una planta cuando no se riega? Se muere, ¿verdad?
Esto es lo que les sucede a nuestras relaciones. Necesitan ser regadas. Necesitan ser alimentadas.
A mi consulta, incluyendo a mi consulta de psicólogo online en España, llegan muchas parejas haciéndose esta pregunta: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Y la respuesta la tienen en algo tan simple y duro al mismo tiempo, como que no han invertido sus energías en hacer que esa relación se mantuviese.
El trabajo no es complicado, aunque a veces puede requerir de cierto esfuerzo. Simplemente se trata de recuperar aquello que han perdido, si han dejado de mostrar su cariño hacia el otro, si han dejado de compartir aficiones, si han dejado de desarrollar su intimidad…
Así que, si no queréis llegar hasta ese punto de tenerse que hacer “la pregunta”. La prevención es sencilla, paraos y preguntaros: ¿le estoy dando a esta relación todo aquello que se merece y yo le puedo dar?
No os centréis en recibir, sólo preguntaos qué estáis aportando vosotros.
Os propongo lo apliquéis en todas aquellas relaciones que hay en vuestra vida y así, viviréis vuestras relaciones con la plenitud que se merecen.
¿Qué opináis de este tipo de relación de pareja? ¿Os surge alguna duda? Me gustará leeros en los comentarios.