Uno más, de los ejercicios que me gusta proponer a mis pacientes en terapia, es el de hacer un diario.
Un diario, es ese registro autobiográfico que se debe hacer todos lo días. En él, como si de una fotografía emocional se tratase, se podrán observar cuáles son esos elementos claves que suceden en nuestro interior y cómo determinan nuestras emociones.
En él, no sólo contamos aquello que nos pasa sino, principalmente, cómo pensamos y cómo nos sentimos ante aquello que nos pasa.
Cuando propongo un ejercicio de este tipo, me gusta explicar cuáles son los motivos fundamentales, por los que hacer un ejercicio así. Estos son cuatro:
El primero de ellos, la descarga y el desahogo. Y es el primero de ellos, porque es el primero que se tiende a cumplir. Es mucho más fácil identificar lo que pensamos y lo que sentimos en aquello que sucede en nuestra vida de manera extraordinaria. Pongo un ejemplo: sabremos identificar mucho mejor y de hecho tendremos más ganas de sacar lo que estamos sintiendo, ante una discusión…un “me ha tocado la lotería”… es mucho más fácil saber qué pensamos y sentimos ante este tipo de situaciones. Son las primeras que tenderemos a tratar en nuestro diario.
Pero, debemos dar un paso más allá y darnos cuenta que también pensamos y sentimos en situaciones de lo más cotidianas, que forman parte de nuestro día a día. Es importante hacer el ejercicio de darnos cuenta que también pensamos y sentimos en esos momentos que pasan por nuestra vida de lo más desapercibidos, precisamente, por lo frecuentes que son. Esto nos obliga a estar más presentes en nuestro presente y ese será el segundo objetivo de un ejercicio de este tipo.
El tercero de los objetivos es el de la «relativización». Porque aquello sobre lo que escribimos, cuando nos quisimos desahogar, si lo leemos tiempo atrás y no hace falta que sea demasiado, lo podemos percibir de manera bastante diferente. Eso nos puede llevar a relativizar y un ejercicio como el diario nos puede ayudar bastante a ello. Sirve de gran ayuda, por tanto.
Y el cuarto de los objetivos, para mí el más importante, es que es un momento para encontrarnos con nosotros mismos. Es el momento que nos dedicamos al autodiálogo, donde podemos pedir cosas, escucharnos y proporcionárnoslas. Es ese momento de encontrarnos con nosotros mismos, que llevado a cabo, aunque solo sea diez minutitos al día, puede resultar maravilloso.
Así que, os animo a que lo practiqueis. Aunque al principio cueste, puede acabar incluso enganchando. Pero, siempre os va resultar una herramienta de muchísima utilidad.
¡Disfrutadlo!