¿Psicoterapia o Farmacoterapia?
En la entrada anterior, hablaba de cómo combinar ambos tipos de tratamientos para conseguir los resultados más óptimos a la hora de ayudar al paciente.
Utilizaba el ejemplo de la depresión, por tratarse de uno de los motivos más frecuentes de consulta.
Pero, otro de estos motivos, es la ansiedad. ¿Cómo puedo compaginar el tratamiento farmacológico con el psicoterapéutico? ¿Ejercen un efecto complementario? ¿Existen distintos tipos de ansiedad que influyan en el tratamiento, como comentábamos en la depresión?
Empecemos por la definición de ansiedad: respuesta adaptativa que nos protege de las amenazas. ¡Muy bien! Pues esto nos facilita las cosas. Porque hablamos de una respuesta, la psicoterapia se va a basar en aprender a tener ese diálogo con nosotros mismos, en el cual, nos preguntemos: ¿Dónde está la amenaza?
Si identificamos esa amenaza como real, se tratará de atacar a aquello que la está generando, por ejemplo, aprendiéndolo a afrontar.
Si al hacernos la pregunta, no detectamos ninguna amenaza, el mero hecho de darnos esa respuesta, nos puede ayudar, ya de por sí, a paliar la ansiedad.
Lo que si es común y debemos utilizar, casi, casi, como un lema, es que la ansiedad se supera, aceptándola. Entendiendo que se trata de una respuesta amiga, que sólo nos quiere proteger.
Y aquí, es cuando entra en juego la importancia de la medicación. Porque si esa manera en que aparece, es por medio de síntomas, tan intensos, que nos pueden llegar a preocupar y resultar un obstáculo, lo mejor es calmarlos y eso, podremos conseguirlo con el medicamento.
Consiguiendo reducir la intensidad de esos síntomas, podremos en primer lugar, aceptarlos mejor y racionalizar lo que nos suceda de tal forma, que no nos generemos más amenazas que las reales. Sin, por ejemplo, magnificar, dramatizar o “terribilizar”.
Como conclusión, deciros que si estáis pasando por alguno de estos problemas, no dejéis de acudir a terapia. En ella, se puede aprender a entender qué nos está sucediendo y en base a eso, decidir cuál será el mejor tratamiento.
El trabajo en equipo del psicólogo y psiquiatra es el más adecuado para encontrar la mejor solución.