Psicoterapia o farmacoterapia

¿Psicoterapia o farmacoterapia? ¿Y es que tenemos que elegir?
Me refiero al hecho que por ser una, psicoterapeuta, no tengo por qué estar en contra del tratamiento con fármacos.

Es verdad que, en los últimos tiempos, se ha recurrido tanto a la farmacoterapia como solución a problemas del tipo ansiedad o depresión, que se ha creado una imagen errónea de cual es la verdadera forma de resolver esta problemática, en la mayoría de los casos.
Y si, está a la orden del día oír hablar de esa clasificación que se hace, por ejemplo, sobre las depresiones. Se dice, que se dividen entre depresiones endógenas y exógenas. Que las endógenas tienen un origen orgánico y por tanto deben ser tratadas con medicación y sin embargo las exógenas, son las que deben tratarse con psicoterapia.
¡No! No es tan sencillo… ¡ojalá! O casi, casi… ¡menos mal! Realmente, en ambos casos, podrán ser válidos ambos tipos de tratamientos, pero siempre sabiéndolos sincronizar, es decir, aplicándolos uno en complemento del otro.
Si tenemos en cuenta que una psicoterapia es un proceso de aprendizaje, en ninguno de ambos casos (siguiendo con la clasificación de depresión), nos va a perjudicar.
Es cierto, que en el caso de las depresiones exógenas, se podría prescindir de la medicación y tratarlas solo con psicoterapia. Pero, ¿por qué ponernos las cosas tan difíciles? O mejor dicho, ¿por qué ponérselas al paciente?. De lo que de verdad se trata es de dar el valor a la medicación que se merece. No, de sobreestimarla. Evidentemente, es un parche y solo con ella, nos resultará difícil aprender a afrontar las cosas de tal manera, que no caigamos en depresión. Eso, es lo que, sin embargo, se consigue en terapia. A mi, me gusta asemejar el tratamiento con fármacos, a un andamio que se pone para construir un edificio. La construcción del edificio, es lo que se hace en terapia. Cuando éste ya se ha construído, quitamos los andamios y el edificio sigue en pie.
Si tomarme un paracetamol, me va a quitar el dolor de cabeza y eso me va a ayudar a hacer mejor mis tareas, nunca diríamos que es el paracetamol el que me hace estar activa. Sí, el que me ha facilitado que lo esté, aliviándome el dolor. Creo que eso mismo, es lo que sucede con el efecto de un ansiolítico o antidepresivo. Me proporciona unos niveles fisiológicos que me ayudan a pensar y sentirme de otra manera, pero el cómo piense o sienta, lo estaré haciendo yo y no la medicación.
Con respecto a las llamadas depresiones endógenas, la psicoterapia será útil, pero planteada de otra manera. Al igual que podemos ir a terapia para aprender a manejar situaciones vitales, como por ejemplo, una enfermedad. ¿Por qué no ir a terapia a aprender a afrontar esta enfermedad? Al final, es una circunstancia generada por la alteración de nuestros neurotransmisores, que sin embargo, deja secuela en nuestras emociones. En terapia podemos aprender a manejar esta respuesta emocional.
Y esta, de manera muy resumida y simplificada, es mi reflexión sobre la famosa polémica generada por Psicoterapia versus Farmacoterapia, pero sólo basándome en el tratamiento de las depresiones. Me gustaría seguir por la misma línea, utilizando el ejemplo de la ansiedad.
Esto, lo haré en la próxima entrada, para invitaros a una mejor reflexión.

Contáctame y dime cómo puedo ayudarte

Otros Artículos de psicología que pueden ser de tu interés