Ya son varios los pacientes que me han contado, que han sufrido una pérdida del gusto o del olfato, tras haber pasado el Covid.
Gracias a la consulta online, he podido acompañar a mis pacientes en el transcurso de su enfermedad, en estos tiempos de pandemia.
Y como estaba comentando, ambas pérdidas, la del gusto y la del olfato, se han dado tanto durante la enfermedad del Coronavirus, como secuela de esta misma.
Desde el punto de vista psicológico, la pérdida de ambos sentidos, como lo sería de cualquier otro, puede generar sentimientos de tristeza, impotencia, rabia, desesperanza, etc. y puede llegar a implicar la elaboración de un proceso llamado duelo.
Debemos de tener en cuenta, que instrumentos como el gusto y el olfato, nos ayudan a ejercitar el “embelesamiento” y el hedonismo. Es decir, están implicados en el desarrollo de la salud mental. Por eso es tan importante trabajar su pérdida y afrontar correctamente el proceso de recuperación de tales sentidos.
Índice
Reacciones ante la pérdida del gusto y el olfato.
Lo que algunos pacientes comentan, es que no ha sido solo una pérdida sino también, una transformación de tales sensaciones, lo que han sentido.
No es que las cosas no les sepan, sino que les saben “raro”.
No es que las cosas no les huelan, sino que las huelen “raro”.
La primera pregunta que se hacen sobre esto es si se van a quedar así de por vida.
Hay estudios que ya se han podido realizar, en los cuales se ha observado que al final, estas sensaciones vuelven, en la mayoría de los casos. No obstante, si esto no fuera así, a nivel cognitivo, se podría producir una “reprogramación” de nuestro cerebro, que nos permitiese aprender de nuevo esas sensaciones, en base a la experiencia que ya tenemos. Es decir, tales sensaciones, o por lo menos, saber si algo nos gusta su sabor u olor, son sensaciones en parte aprendidas, que se podrían volver a aprender, gracias a nuestro recuerdo. Y esto es algo que conseguiríamos gracias a al recurso de la Plasticidad Cerebral.
No obstante, a pesar de tratarse de algo temporal, las personas que lo sufren, les toca enfrentarse a la incertidumbre del “¿cuándo volverá?”.
Como ya sabemos, enfrentarnos a la incertidumbre no es algo que se nos haga fácil y de ahí surgen esos sentimientos de impotencia, rabia, desesperación, tristeza o incluso ansiedad, también marcada por la impaciencia.
Cualquier pérdida, se trate de algo tangible o intangible, implica la elaboración de un proceso que denominamos Duelo.
En esta ocasión, el Duelo, puede hacerse bastante complicado, dada la complejidad de la situación.
La psicoterapia online
El trabajo que realizamos en la consulta por videoconferencia ante este tipo de casos, se compone de distintas partes.
Primero, será importante ayudar y permitir a la persona, que identifique los sentimientos que esta situación le genera.
A partir de ahí, será necesario ejercitar el desahogo. Se trata de la expresión de las emociones que la situación le ha llegado a hacer sentir. Ha llegado el momento de la queja. Su malestar es algo, que como algunos comentan, no les hace sentirse muy comprendidos por la gente de su entorno. Reclaman de los suyos, que en ocasiones se lo tomen a risa y no valoren la importancia que tiene. Por esta razón, la queja es algo que evitan y por tanto el malestar acaban guardándoselo para ellos.
Es cierto que no es fácil imaginar, la dureza de una perdida así, sin haber pasado por ella.
Luego llegaría la fase de la adaptación, la cual se trabajaría desde dos vertientes diferentes. Una de ellas, la distracción: poniendo el foco en otros aspectos y sensaciones diferentes, que no se trate del gusto o el olfato.
Un ejemplo aquí sería, que si vamos a comer a un restaurante, no nos queramos centrar solo en el sabor de la comida, sino en otros aspectos como el lugar, la compañía, el motivo de nuestra salida…
La otra vertiente desde la que trabajar la adaptación, es la de familiarizarse con el nuevo sabor u olor, intentando asociarlo al concepto anterior que teníamos de aquello que comemos o estamos oliendo.
A continuación, para llevar a cabo la última fase, la de la recolocación, será bueno llevar a cabo ciertos ejercicios que son necesarios a realizar por la persona en su día a día. No debemos de olvidar que una terapia es un proceso de aprendizaje, que requiere de un trabajo continuado y que este trabajo, el paciente lo ha de realizar en su día a día, también fuera de consulta.
Y como en toda terapia de carácter cognitivo conductual, será importante el trabajo con el pensamiento, trabajando las obsesiones con la parada de pensamiento en la constante que dice: “no puedo saborear u oler” y los cambios de pensamiento a la hora de valorar otros aspectos de aquello que estamos saboreando u oliendo. Si no encontramos el sabor habitual de un alimento, podemos buscarle su textura, como ejemplo. En el caso de un olor, si no encuentras el olor maravilloso de una rosa, quizás puedas deleitarte con su belleza.
Algunas recomendaciones psicológicas para afrontar la pérdida del gusto o el olfato.
- No luches contra la sensación desagradable o la no sensación. No te empeñes en recuperar tu gusto u olfato, ni tengas prisa por ello. Será importante ejercitar tu paciencia y cuando surja la desesperación, cambia el foco y recurre a la distracción.
- Abraza también esta situación y date cuenta que a pesar de ella, podrás seguir con tu vida. Es posible, incluso, que estés aprendiendo de esta propia “deprivación”.
- Juega y experimenta con sabores y olores. Identifica si hay algún matiz de esas sensaciones que preserves y trata de potenciarla. Por ejemplo, si notas el sabor picante, la acidez, lo dulce…
- Al mismo tiempo, haz ejercicios e estimulación. Será bueno que todos los días pruebes los sabores y olores más significativos para ti, y vayas haciendo un registro para observar su evolución. Percibir cambios, puede resultarte un refuerzo que te ayude a continuar con tu afrontamiento.
- Utiliza estímulos positivos asociados a los momentos. Utiliza una música agradable asociada, por ejemplo, a la hora de comer, para luchar contra “la obsesión” por el olor o sabor de los alimentos e ir aprendiendo a valorarlos de nuevo.
- Al mismo tiempo, sé muy analítico, con los momentos en que vayas a comer u oler algo, y trata de identificar otros elementos de la situación, en los que pudieras poner el foco. Por ejemplo, deléitate con texturas o fíjate en el paisaje que hay donde estás comiendo.
- Haz ejercicios de meditación y mindfulness para ejercitar el embelesamiento y el estar en el presente, por otras vías alternativas. Al mismo, tiempo te ayudarán a calmar tu ansiedad.
- Permítete la queja y el desahogo por la situación. Pero quéjate y acaba. Recuerda que no eres víctima de la situación, sino simplemente afectad@.
- Estimúlate pensando con el momento en que te recuperes. Ese será tu premio por afrontar esta situación. Pensar en ello, te servirá de motivación.
- Pide ayuda. En Psicologoparati, por medio de la consulta online, podré ayudarte a afrontar esta situación. Será un momento para ejercitar y desarrollar tu resiliencia. Herramienta que te servirá para otras muchas situaciones que te encuentres en tu vida. Plantéatelo como un reto: ¿te atreves?