Ya son varias las ocasiones en que he hablado de cómo funciona nuestro pensamiento. Y esto, nos puede ayudar a entender esa sensación de que el pensamiento nos traiciona.
En realidad, el pensamiento es uno de los “temas estrella” de este blog. La razón de esto, es que de él, de nuestro pensamiento, dependen nuestras emociones.
No olvidemos que lo que sentimos no depende de lo que nos pase, sino de cómo nos contemos lo que nos pase.
El pensamiento es el medio de comunicación con nosotros mismos.
El pensamiento es la herramienta que nos va a ayudar, por tanto, a eso tan deseado, como es el control de lo que sentimos.
Hoy concretamente, y en relación con el pensamiento, quiero hablar de un efecto muy curioso.
Lo podemos llamar, “Efecto elefante rosa” y se basa en la rebeldía de nuestro pensamiento.
De un efecto como este, podemos concluir un aspecto clave en el cómo hablarnos a nosotros mismos y cómo hablar a los demás.
Veámoslo más adelante.
Índice
El elefante rosa – psicología
Muchos de vosotros habréis oído hablar de este fenómeno de nuestra mente.
Aquel basado en decirnos: “No pienses en un elefante rosa” y el elefante rosa aparecerá automáticamente en ella.
Ese fenómeno mediante el cual, nuestro cerebro o mejor dicho nuestro pensamiento, se pone en ese modo provocador y decide pensar en todo aquello que nos pidamos que NO pensemos.
Sí, se trata de ese “niño rebelde” que es nuestro pensamiento, que hace que cuanto más caso le hagamos, peor se porte.
Todos aquellos que ya hayáis leído mi libro: La guía del pensamiento, recordaréis cómo ya os hablaba de esto.
Y esta es una de las claves que nos llevaría al buen manejo del pensamiento: El saber cuestionar el contenido de este.
Aprender a no darle toda la credibilidad, sobre todo, si está resultando dañino.
¿Cómo cuestionar el pensamiento?
Cuestionarlo o no darle credibilidad no significa rechazarlo, simplemente no creérmelo al 100%.
Se trata de enfrentarme a él con cierta distancia.
La distancia necesaria para que nos haga el menor daño posible.
El elefante rosa – significado
¿Y para qué nos sirve conocer esta faceta de nuestro pensamiento con No pienses en un elefante rosa? Pues realmente, para bastantes cosas.
Por ejemplo, como decía para aprender a entender que el pensamiento es cuestionable y poco creíble. Sobre todo cuando se pone en ese modo rebelde, provocador y sobre todo dramático o magnífico, sólo con el objetivo de llamar nuestra atención.
Para aprender por tanto, a parar nuestro pensamiento, dirigiendo la atención hacia otra dirección.
Conocer esta peculiaridad del funcionamiento de nuestro pensamiento, también nos sirve para que a la hora de querer ayudar aconsejando a alguien, nos quitemos la costumbre de decir: “no te preocupes”.
Al igual que sucedería con el “no pienses en un elefante rosa” decirle a alguien que no se preocupe, o lo que es lo mismo, que no piense en algo, es animarle a que piense más en ello.
Estaríamos evocándole ese recuerdo. En este caso, el contenido de su preocupación.
Por tanto, como alternativa le puedes ofrecer directamente, un contenido agradable en el que pueda pensar, precisamente, para dejar de preocuparse.
¿Te queda clara esta idea? Y lo que más pretendo: ¿te sirve de ayuda?
¿Cómo lo podrías aplicar en ti mismo?
Sencillamente, basándonos en esta idea, la manera de aplicarlo en nosotros mismos, es aceptando el contenido del pensamiento.
¡Cuidado! Que lo aceptemos no significa que le demos toda la credibilidad.
Aceptarlo, solo consiste en dejarlo pasar. Sin ponerle una barrera que presione. Como si de nubes se tratara.
Como si nuestro pensamiento, fueran olas del mar que van y vienen.
Tal como vienen, se van.
Además la utilización de este tipo de metáforas, resulta de gran ayuda cuando el pensamiento nos aturde. Incluso cuando no nos podemos quitar una idea de la cabeza.
Así que, con esto, al final, lo que propongo es otra maniobra del pensamiento.
Y digo otra, por que existen otras tres que se han de realizar “por excelencia”.
¿Cómo controlar el pensamiento?
Lo que primeramente necesitamos, es precisamente conocer el funcionamiento nuestra manera de pensar y por tanto, cuáles son esas trampas que muchas veces nos realiza.
No es que el pensamiento sea tramposo de por sí. Lo que ocurre es que disponemos de un cerebro, “el reptiliano”, que encargándose de nuestra supervivencia y adaptación, se centra principalmente, en las preocupaciones.
Es nuestro otro cerebro “el racional” el que nos permite hacer estos tres movimientos, para que tengamos una forma de pensar sana.
Estos movimientos son:
Confrontación del pensamiento.
Una vez identificamos el pensamiento irracional, se trata de hacer que se parezca lo máximo posible a la realidad.
Para esto existen algunas técnicas muy concretas:
- Diferenciar entre lo posible y lo probable.
- Evitar las generalizaciones del tipo: todo o nada, siempre o nunca…
- Diferenciar entre la necesidad y el deseo.
Cambio de pensamiento.
Se trata, simplemente, de cambiar de perspectiva a la hora de mirar la realidad.
Este está “movimiento”, basado en la idea de que la realidad no existe, sino que depende de como nos la contemos.
Entonces, si nos estamos contando algo que nos genera una emoción negativa, podemos tratar de encontrar otra manera de verlo, que nos haga sentir un poquito mejor.
Parada de pensamiento.
Es la que más se asemeja, sin embargo, a la idea que propongo en este post.
Podríamos decir que esta es la fase previa. Ya que, para parar un pensamiento, lo primero que debemos hacer no es pedirnos: “no pienses”… Si no, más bien, proponernos un pensamiento totalmente diferente como alternativa a lo que estamos pensando.
Y recuerda, como en el momento de identificar el pensamiento, el pensamiento está ahí, déjalo pasar…
… “Como nubes que pasan…”
… “como olas del mar que van y vienen…”
Y recuerda algo más: si te cuesta controlar, te está resultando dañino y te resulta difícil aplicar lo que aquí te estoy contando, no dejes de pedir cita y juntos encontraremos la manera de resolverlo.