LA HISTORIA DE UN CAMBIO

Esta es la historia  de un cambio de alguien que no siendo infeliz, no estaba satisfecho con su vida.

Era una persona muy consciente del valor de las cosas, del valor del presente, de lo importante que es vivir y luchar por la felicidad.

Por esto, siempre consideraba que había que estar trabajando en esa búsqueda y el hecho de en ese momento no sentir la felicidad, le hacía sentirse decepcionado consigo mismo.

¿Qué me pasa? Se preguntaba: ¿Me estaré equivocando? Y si es así, ¿qué tengo que hacer?

¿Tendré que cambiar de camino? ¿Tendré que desandar todo lo andado? ¿Tendré que renunciar a todo lo que he conseguido?

Encontrar la inspiración.

Un día, cuando se enfrentaba una vez más a su rutina con el consecuente desánimo que últimamente le acompañaba, alguien le hizo llegar una foto de un lugar distinto.

Una fotografía de lo que estaba sucediendo en ese mismo momento, en otro lugar del mundo y sin apenas pensarlo, de forma impulsiva y casi inconsciente dijo: Me quiero ir a vivir ahí.

¿Quéeeeeee? Se dijo a sí mismo: ¿estás loco?

Pero, ¿qué hay de lo tuyo? ¿Lo abandonarás?

Tras dedicarse un tiempo más a pensar esa idea que le había venido a la cabeza, se dio cuenta que quizás no hacía falta renunciar a todo.

Quizás lo más conveniente simplemente, sería renunciar a aquello que no le hacía ser feliz.

Y realmente,¿ hacía falta irse a vivir a un lugar diferente? Quizás no, no tenía porqué tratarse de algo imprescindible. Precisamente su espacio y su ciudad era una de esas cosas bonitas que seguían siéndolo en su vida.

Pero, la verdad, creía que ese cambio de aires, le permitiría renunciar mejor a esas cosas negativas que sin embargo si le estaban obstaculizando en su felicidad.

Pasaron los días y la idea seguía presente… Unas veces con más intensidad que otras, pero ahí continuaba…muy presente en su cabeza.

Algunos de estos días, surgieron miedos. Como era una persona muy consciente de la vida y amante de esta, sabía que los miedos siempre le querían bloquear y paralizar en sus decisiones y sabía que lo que había que hacer era enfrentarse a ellos. No los podía dejar ganar.

La opinión de los demás.

Como el tiempo pasaba y parecía que su idea seguía muy presente, lo empezó a compartir con su gente, venciendo al miedo de la reacción de los demás.

Esperaba que se echarían las manos a la cabeza.

Su sorpresa fue, que encontró más apoyo de lo que esperaba y sobre todo de aquellos que más le importaban.

En esa misma línea, en la de escuchar a los que más le importaban, también supo escuchar ciertas críticas y dudas de los demás. Supo tenerlas en cuenta, hablarlas consigo mismo y valorar si para él serían obstáculos insalvables y si no era así, cómo los podría superar.

Dar el salto.

Poco a poco fue trazando su plan.

Calculó el tiempo que le podía llevar, dar cada uno de los pasos necesarios y pidiendo ayuda en lo necesario a los demás, quienes estaban a su alrededor, consiguió llevarlo a cabo…

He de deciros, que como muy bien había pensado desde el principio, no tuvo que renunciar a todo lo conseguido en su vida anterior. Realmente, cumplió su objetivo de desprenderse de aquello que no estaba ayudando a su felicidad.

Es cierto, que esto implicó prescindir de simples comodidades que había conseguido, pero que sabía que en su nueva vida volvería alcanzar.

Y qué pasó con esas dudas sobre si ¿no estaba sabiendo hacer las cosas bien? Con esa decepción consigo mismo que había derivado incluso en una inseguridad y desconfianza en sí mismo.

La recuperó en el momento en que se dio cuenta que no estaba renunciando a lo conseguido, que su inversión en años anteriores, no había sido un fracaso.

Salir de la zona de confort: no es perder sino ampliar.

Descubrió que aquello en lo que había invertido había dado sus frutos. Frutos que algunos ya se habían agotado y para lo que hacía falta sembrar más en otras tierras y otros de esos frutos, era darse cuenta que tenía la habilidad de seguir sembrando y mucha experiencia en su labor, como para confiar más en sí mismo y seguir luchando por lograr su felicidad.

¿La logró? Os puedo decir, que realmente de lo que se trata es de saber la fórmula correcta y ponerla en marcha en todo momento para alcanzarla.

En todo momento, sabiendo que en la vida hay ciclos que se agotan y comienzan otros nuevos.

Aceptar esos cambios y dar pasos firmes para salirse de su zona de confort. Que no amigos, no significa perder lo logrado. ¡Simplemente, significa ampliar!

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