Esta semana quiero hacer una mención especial al hecho de haber sido el “Día del planeta” y especialmente, por ello, quisiera felicitarle desde el blog de mi consulta psicológica online.
¡Felicidades a nuestro queridísimo planeta!
Creo que es muy importante que nos comprometamos con él, que lo cuidemos y pensemos en esas generaciones que nos seguirán, que ellos también puedan disfrutarlo.
Dicho esto y habiendo hecho mi felicitación, quiero hablar sobre un tema muy mencionado en psicología: La famosa depresión postvacacional.
Índice
¿Qué es la Depresión Postvacacional?
¿Habéis tenido recientemente vacaciones? Sí me refiero a las Vacaciones de Semana Santa. Las primeras vacaciones oficiales del año. Por eso mismo, son de las más ansiadas y deseadas y ponemos en ellas muchísimas expectativas.
Y… ¿qué es lo que pasa al volver? Que nos podemos encontrar con ese “mal dichoso” del que se trata esta Depresión postvacacional.
¿”Mal dichoso”? Bueno yo creo que ahí nos estamos pasando un poquito, estamos exagerando. En realidad no se trata de una depresión. He de daros esa buena noticia. No se cumplen, para nada, esos criterios que los psicólogos necesitamos que se cumplan, para poder dar el diagnóstico de Depresión.
Sí que es verdad, que los síntomas son muy similares a los de la depresión. Puede ser: apatía, cansancio, anhedonia (la incapacidad de disfrutar de las cosas). Pero se diferencia de la verdadera depresión, por la intensidad de sus síntomas y por la duración.
Se trata en realidad de un proceso de adaptación, donde nos toca poner en funcionamiento los mecanismos de adaptación, para enfrentarnos al cambio de haber roto con nuestras rutinas, de haber hecho cosas diferentes, para volvernos a encontrar de nuevo con lo que es el día a día de nuestra vida. Encontrarnos con la monotonía de siempre.
Es un muy pequeño cambio, se trata de un esfuerzo pequeñito pero que ya, de alguna forma altera y remueve de tal forma, que acaba generando estos síntomas.
¿Qué hacer para vencer la Depresión Postvacacional?
Yo tengo un “truquillo”, del que suelo hablar casi siempre, en consulta. Se trata de analizar esos, momentos vacacionales y detectar de qué elementos se componen, para preguntarnos si existe la posibilidad, de alguna forma, de recuperar alguno de ellos, aunque sea ahora, sumergidos en alguna de nuestras rutinas. Elementos nimios, aparentemente insignificantes, que sin embargo, sirven para adornar mucho ese momento que estemos viviendo.
Pongo un ejemplo: si yo, todos los días, en vacaciones, me solía tomar un heladito después de comer, ¿qué me impide tomármelo ahora?. Aunque esté dentro de mi jornada laboral. ¿Es imposible planteármelo?
Pero ahora, planteándolo desde un punto de vista más técnico, con una abordaje más psicoterapéutico, la manera de vencer estos síntomas de la depresión postvacacional, es mediante nuestro pensamiento.
Es con nuestro pensamiento como podemos cambiar nuestras sensaciones. Es mediante nuestro pensamiento como podemos manejar este tipo de emociones.
- Por ejemplo, pensar que se trata de algo temporal. El elemento de la temporalidad ayuda en estos casos. Pensar que este estado se va a pasar, que va a cambiar próximamente, ayuda a afrontarlo de mejor manera.
- Otro pensamiento que podríamos aplicar es el de que: nuestras vacaciones precisamente, de lo que han servido es para reparar, coger fuerzas y “recargar pilas”. Permitamos entonces, que se noten esas fuerzas y energías que hemos recuperado.
Esta sería otra nueva forma de pensar.
- Se trata también, de cambiar un poquito “el chip” y pensar que si tenemos un trabajo al que volver, es porque somos unos afortunados.
En estos tiempos que corren, tener un trabajo, casi, casi es un lujo. Sintámonos satisfechos de tener un trabajo al que volver y que gracias a pasar por estos periodos de rutinas, luego nos podemos permitir estas maravillosas vacaciones.
La depresión Postvacacional planteada como un duelo.
La perspectiva del duelo en la depresión postvacacional, nos quiere explicar, que este conjunto de síntomas, también es debido al haber sufrido una pérdida.
Echamos de menos, esas actividades tan chulas que hacemos en vacaciones.
Como todos los duelos, por tanto, va a influir el cómo nos lo hayamos pasado.
Se produce casi, un efecto paradójico, ya que, cuanto más conflictivas o estresantes, hayan sido nuestras vacaciones, quizás nos vaya a costar más, superar estos síntomas propios de la Depresión postvacacional.
Depende mucho de las expectativas puestas en esas vacaciones. Que las cosas no hayan salido tan bien como esperábamos.
Para ello, propongo recurrir a esa herramienta maravillosa como es la Flexibilidad.
Se trata de no planear u organizar demasiado. Las vacaciones son para descansar y planear en exceso, implica un desgaste y por tanto cansa.
Que todo esto que estoy explicando hoy, sirva para prepararnos para las próximas vacaciones. Que disfrutemos muchísimo de ellas y que al mismo tiempo podamos evitar este mal, de la Depresión postvacacional.
Si pasado este tiempo de descanso, notas que te está costando superar este síndrome del que estamos hablando, ponte en contacto conmigo, ya sea por la web o directamente en mi número de teléfono y valoraremos juntos cómo poder ayudarte.