La ansiedad, esa respuesta adaptativa que nos protege de las amenazas, puede manifestarse de diferentes maneras.
Hay quien la sufre de manera generalizada, hay quien, sin embargo, la sufre a modo de crisis.
Estas crisis de ansiedad, también denominadas ataques de pánico, son a las que les dedicaré este capítulo de hoy.
Ataque de pánico: ¿Qué es un ataque de pánico?
La definición más exacta es aquella que habla de intervalos de tiempo muy concretos en los que de una forma repentina, aparece un miedo y malestar intensos.
La primera reacción, en una crisis de ansiedad, es la de querer escapar y si esto se da en situaciones en las que esto no es posible, la desesperación hará que se prolongue la crisis.
Otra manera de que el ataque se prolongue temporalmente, incluso se intensifique, es hacer una incorrecta interpretación de los síntomas, confundiéndolos con un infarto, un problema de asfixia, un desmayo, por ejemplo, incluso con la propia muerte.
En mis propias palabras, un ataque de pánico consiste en una explosión, causada por un cúmulo de circunstancias, a veces, inidentificables.
Identificar esas causas, es algo que puedes conseguir en terapia en mi consulta online.
Como ya he comentado en el capítulo sobre ansiedad, una ataque de pánico o lo que es lo mismo, una crisis de ansiedad, como ansiedad en sí que es, es una repuesta adaptativa que nos protege de las amenazas. Más concretamente, incluso diría que el ataque de pánico es una llamada de atención de nuestro propio cuerpo, para alertarnos de algo que está pasando.
Lo problemático del ataque de pánico, lo que lo hace patológico y desadaptativo es, que la reacción es la de un miedo extremo tal, que nos puede llegar a paralizar. Y se complica más al no ser inmediatamente consecuente con aquello que lo genera (muchas veces puede aparecer causado por un cúmulo de circunstancias) o incluso ante peligros inexistentes.
Ataque de pánico: síntomas.
Es importante destacar que las crisis de pánico o los ataques de ansiedad, se caracterizan principalmente por la aparición de síntomas muy físicos, aunque también en ella aparecen síntomas psicológicos.
De hecho, suelen ser los primeros, los físicos, los que desencadenan los siguientes.
Síntomas físicos en una ataque de ansiedad.
Los síntomas físicos son aquellos síntomas fisiológicos, más relacionados con el miedo. Los más destacables son:
- Palpitaciones y taquicardias.
- Sudoración.
- Náuseas
- Mareos.
- Malestar estomacal general.
- Temblores.
- Escalofríos.
- Sensación de hormigueo en el cuespo.
- Opresión en el pecho.
- Dificultades para hablar.
- Debilidad y sensación de desvanecimiento.
Síntomas psicológicos de un ataque de ansiedad.
Como comentaba anteriormente, las crisis de pánico se caracterizan por la aparición súbita de una intensa sensación de miedo. Como tal, ese miedo se ve acompañado de una serie de pensamientos, que aparecen como síntomas de la crisis.
Además de estos, también aparecen otros síntomas psicológicos.
Los principales síntomas son:
- Miedo a sufrir un infarto, causado por la reacción cardiaca.
- Miedo a morir.
- Tener Miedo a caerse, causado por los mareos.
- Miedo a no poder ser atendido durante la crisis (se relaciona más con la agorafobia).
- Miedo a volverse loco.
- Despersonalización: la sensación de salirse de su propio cuerpo.
- Desrealización: sensación de encontrarse fuera de la realidad.
- Sensación de impotencia acompañada de llanto.
Ataque de pánico: qué hacer.
En el caso de estos ataques en concreto, lo es principalmente, porque si aprendemos a detectar los síntomas desde un primer momento, sabiendo que se está sufriendo una crisis de ansiedad, podríamos frenarla antes de llegar a manifestar los síntomas más intensos y por tanto más molestos.
Conocer cómo son nuestras crisis de ansiedad, es un gran paso a la hora de llegar a la Aceptación, que es la verdadera solución ante esta problemática.
Si partimos de la idea de que la ansiedad es adaptativa, podremos entender por tanto, que es nuestra amiga.
Si la ansiedad es nuestra amiga, la mejor actitud ante ella es la Aceptación. Saber que estoy sufriendo un ataque de ansiedad y aceptarlo, ayudará a que se supere mejor.
Para adquirir este conocimiento, será interesante haber pasado ya por diferentes crisis que nos permitan identificar sus síntomas.
Tengamos en cuenta, que cada uno sufrimos la ansiedad de manera diferente.
A partir de este principio, ante una crisis de ansiedad, propongo llevar a cabo los distintos pasos.
Que hacer ante un ataque de ansiedad. 7 Pasos.
- Identifica tus síntomas y entiende que se trata de ansiedad.
- Acéptala y repítete, que pase lo que pase, al final, se pasa.
- Distrae tu mente para evitar pensamientos del tipo: me voy a morir, me caeré y me haré daño, me voy a volver loco … esto lo puedes hacer, por ejemplo, escuchando música o prestando atención a otras cosas.
- Trata de controlar tu respiración, mediante una respiración diafragmática, como ejemplo.
- Trata de practicar algún ejercicio de relajación, basado en imaginación o visualización.
- A modo de prevención, los ejercicios de relajación practicados con constancia y rigurosidad, permitirán que las crisis aparezcan cada vez menos.
- También puedes recurrir a algún medicamente de manera puntual, siempre pautado por un médico especialista.
¿Qué hacer si alguien cercano sufre un ataque de pánico?
Mi primera recomendación sería la de guardar la calma. La ansiedad puede ser bastante contagiosa y puede llegar a ser muy “atractiva”.
Comprender en qué consiste la ansiedad y cómo funciona, también sería un elemento importante. Es de gran utilidad saber que las crisis de ansiedad se pasan y quizás solo se trate de aceptar lo que está pasando y esperar a que se pase, en ocasiones, es la mejor de las medidas.
Ayudar a respirar a la persona que sufre el ataque, guiándole en una respiración profunda, pero sobre todo, rítmica y ordenada, también sería una herramienta de gran utilidad.
Entendiendo que se trata de una respuesta de miedo intenso, puede ayudar sacar mentalmente a la persona de aquello que le está resultando amenazante. Esto lo podemos conseguir por medio de la distracción. No se trata de pedirle que no piense en aquello que le da miedo, sino más bien, en darle alternativas de contenidos para tener otros pensamientos.
Conclusiones sobre las crisis de ansiedad.
Muchos personas, tras haber sufrido una crisis de ansiedad, llegan a desarrollar un miedo extremos a sufrir nuevas crisis.
Es este mismo miedo, el causante de esas crisis de ansiedad. O incluso, el generador de un estado de ansiedad generalizado, basado en el “miedo al miedo” y al que denominamos Agorafobia.
Como ya he mencionado a lo largo de todo el artículo, es sin embargo, aceptar que sufrimos ansiedad, aunque sea a modo de crisis, y que incluso, esta puede ser nuestra amiga, es la clave para que esta situación no resulte, limitante, desadaptativa y por tanto, patológica.
Una vez, alcanzada esta Aceptación, podremos hacer un análisis de cuál es esa posible amenaza que ha llegado a generar tales reacciones en nosotros. Junto con la racionalización, acabaremos con el problema.
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