Muchas de las personas que llegan a mi consulta de psicóloga por internet, llegan un tanto molestas e incluso enfadadas, contando haber ido al médico presentando ciertos síntomas y éste haberles dicho: “a usted no le pasa nada, sólo es ansiedad, váyase a un psicólogo”.
Y realmente es cierto, pero yo nunca diría “sólo”.
El problema de ansiedad, aunque tiene un fácil tratamiento, puede afectar mucho a nuestra calidad de vida, y más si tienes ansiedad «sin motivo».
Tratamiento de la ansiedad
Pero… y ¿qué es la ansiedad? Para entender por qué tengo ansiedad, debemos ver qué es la ansiedad primero.
Es esa respuesta adaptativa que nos protege de las amenazas.
Por tanto… la ansiedad es nuestra amiga y no debemos pretender nunca que desaparezca, pero sí debemos de evitar que llegue a ciertos niveles a partir de los cuales, se convierta en algo contraproducente.
Lo contrario a esa función de protección a nosotros mismos. La ansiedad es esa respuesta que nos permite salir corriendo cuando al cruzar la carretera viene de repente un coche.
Síntomas de la ansiedad
Una de la primeras preguntas que hago a las personas que acuden a mi consulta online, refiriendo ansiedad, es la de: “¿Cómo manifiestas tu ansiedad?”
Es decir, cómo sabe que estás teniendo ansiedad, qué siente en ese momento.
Hay distintas formas de sentir ansiedad. Yo, las clasificaría en dos grandes grupos:
Síntomas físicos.
Síntomas psicológicos o lo que es lo mismo, cognitivos-afectivos.
Síntomas conductuales
Síntomas físicos:
Diríamos que son aquellos síntomas que aparecen, principalmente, cuando la ansiedad aparece a modo de crisis. Síntomas tales como: dificultades respiratorias, aceleración cardiaca, dolor en el pecho, sudoración, mareos… Sabemos que estamos sufriendo una crisis de ansiedad, por que en ella, se da una elevación de estos síntomas, durante un intervalo de tiempo muy concreto. Tiene un principio y un final.
Tras el sufrimiento de alguna de estas crisis, es bastante probable que en la persona se genere un miedo a volver a aparecer otra de estas. Este tipo de problema, lo llamamos Agorafobia.
Al igual que, sufrir crisis de ansiedad en situaciones muy concretas, podría llegar a generar una fobia específica.
Por ejemplo: si sufrimos una crisis de ansiedad en un medio de transporte, como por ejemplo, podría ser el Metro, por una cuestión de asociación, acabaría generando una fobia a montar en Metro.
El sufrimiento de ansiedad generalizada también puede generar lo que entendemos como Somatizaciones.
Podríamos decir que todos tenemos en nuestro cuerpo, una parte más delicada que se ve sensibilizada, ante situaciones de estrés. Podemos somatizar con problemas intestinales, dolores de cabeza, reacciones dermatológicas…
Síntomas del pensamiento y afectivos
Los síntomas del pensamiento o más formalmente llamados cognitivos, son aquellas manifestaciones de nuestra ansiedad, por medio del pensamiento y como consecuencia, también genera reacciones afectivas.
En estados ansiedad, podemos ser más proclives a sufrir: pensamientos obsesivos, pensamientos con determinados contenidos repetitivos, dependiendo de cuales sean nuestras preocupaciones…etc.
Por ejemplo: los casos de fobia de impulsión. Se trata de una fobia a nuestro propio pensamiento donde el paciente, siente miedo ante el hecho de no poder controlar un impulso. Esto suele aparecer en momentos de mayor ansiedad.
Un sentimiento muy común asociado a la ansiedad, es el sentimiento de angustia.
También es cierto, que en casos en los que se lleva sufriendo ansiedad de manera prolongada, ya sea a modo de crisis o de manera generalizada, es bastante probable derivar en sentimientos de tristeza e incluso caer en trastornos como el de la Depresión.
Síntomas de la conducta
Muchas veces los problemas de ansiedad, acaban generando alteraciones en la conducta.
Podemos decir que la ansiedad se manifiesta o tiene una relación directa con conductas adictivas.
Es bastante probable la generación de conductas compulsivas como consecuencia de sufrir ansiedad: comer de manera compulsiva, llevar a cabo conductas sexuales extremas, compras compulsivas, juego, adicción al robo…
Y todo este tipo de síntomas, pueden darse al mismo tiempo, en una misma persona, durante un problema de ansiedad.
¿Cómo combatir la ansiedad?
¿Qué debemos hacer cuando sentimos ansiedad?
Sin duda el diálogo con nosotros mismos debe ser esencial.
Se trata de preguntarnos dónde está la amenaza y tratar de resolverla de la manera apropiada sin permitir que la activación de nuestro Sistema Nervioso, llegue a tal punto que ya no nos permita reaccionar de la forma correcta.
¿Y si cuándo nos preguntáramos dónde está esa amenaza no supiésemos qué responder?
Bueno, pues solo el hecho de contestar nada, ya es una respuesta. ¿No es así? Ese sería el mensaje que deberíamos lanzarnos: “No hay amenaza ninguna, por tanto, me puedo tranquilizar”.
Y es que la ansiedad, no tiene por qué ser inmediatamente consecuente con aquello que la genera.
Cuántas veces habremos escuchado o incluso nos ha podido suceder a nosotros mismos, que tras épocas de importante tensión en el trabajo, hasta llegar al periodo de vacaciones no han debutado con su problema de ansiedad. Claro y en ese caso, nos preguntaríamos: “¿qué me está pasando? ¿Por qué tengo ansiedad sin motivo?
Evidentemente, nuestro cuerpo ha decidido reaccionar a la época de tensión anteriormente vivida, en ese momento de descanso.
Lo que sucede es que cuando algo interpretado como peligro, tiene lugar en nuestra vida, nuestros mecanismos de defensa son aquellos que nos permiten reaccionar, pero en ese proceso de reacción puede ser que dejemos un tanto apartadas nuestras emociones y se nos olvide escucharnos a nosotros mismos para proporcionarnos lo que psicológicamente podamos estar necesitando.
Digamos que el cúmulo de esos sentimientos reprimidos, es lo que nos puede llevar a sufrir un problema de ansiedad.
Pero la ansiedad, no la manifestamos todos de la misma manera, como ya mencionaba antes en el apartado de síntomas. Hay
quien sufre una sensación de inquietud generalizada, quien la manifiesta de forma física mediante la enfermedad (lo que entenderíamos como somatización), a veces se puede dar en forma de crisis.
Diez pasos a seguir ante una crisis de ansiedad
Si os habéis dado cuenta, en pocas entradas escribo tips, pasos a seguir, ni nada por el estilo…
La mayoría de las entradas de las que se compone este blog, son más bien de opinión.
Suelen ser reflexiones a las que llego a través de mi trabajo en consulta. Incluso, llegan a ser temas que trato con mis pacientes, de manera personalizada en sus sesiones, para que luego puedan tener un lugar donde poder asentar, todas esas cosas que comentamos durante la terapia y que le sirven de ayuda.
Y es que en general, considero que en psicología hay pocas cosas que se puedan pautar de forma exacta y todo aquello, en lo que nos veamos obligados a concretar, siempre debe ser relativizado en función a la persona y al caso que le lleva a pedir ayuda en consulta.
Pero realmente, mi objetivo fundamental con este blog, es divulgar información que sirva de ayuda. Así que, aunque este no sea mi estilo general, a la hora de escribir, esta parte de la entrada, en esta ocasión, si la voy a trasladar a modo de pautas.
Dada su practicidad, creo que es la mejor manera de exponerla.
Supongo que sabréis aplicarlo de la manera que más se corresponda con vuestra manera de sentir…
Ante una crisis de ansiedad:
La primera de las recomendaciones es recordar que las sensaciones experimentadas, no son nada más que una exageración de las reacciones de nuestro cuerpo, en respuesta al estrés.
No son en absoluto perjudiciales, ni peligrosas. Solo desagradables. Por tanto, no sucederá nada peor.
Evitemos los pensamientos atemorizantes sobre lo que está sucediendo y a dónde puede conducir. Estos lo único que hacen es aumentar el pánico, la respuesta de miedo por tanto.
Observemos lo que está sucediendo en nuestro cuerpo justamente ahora, no lo que temamos que puede pasar.
Esperemos y demos tiempo al miedo para que se pase. No luchemos contra él, ni huyamos. Simplemente, aceptémoslo.
Observemos que a medida que vayamos evitando esos pensamientos atemorizantes, el miedo va desapareciendo.
El objetivo de esta práctica es aprender a afrontar el miedo, sin evitarlo. Pensemos en este momento, como una oportunidad para progresar.
Pensemos en todo lo que hemos conseguido hasta ahora. Pensemos en lo satisfechos que estaremos, cuando lo podamos superar esta vez.
Cuando comencemos a sentirnos mejor, miremos a nuestro alrededor y empecemos a planificar qué vamos a hacer después. Que se trate de algo agradable.
Estando dispuestos a continuar, hagámoslo de forma tranquila. ¡No tenemos ninguna prisa!
Como podéis observar, las anteriores son diez instrucciones de lo más válidas para afrontar una crisis de ansiedad. Para que aprendamos a aceptar esa respuesta adaptativa que nos protege de las amenazas. Si habéis sufrido crisis recientemente y las sufrís en un futuro, os animo a llevarlo a cabo.
Combatir la ansiedad mediante el pensamiento
Y como os contaba, en muchas de esas medidas de actuación ante una crisis de ansiedad, entra en juego el trabajo con el pensamiento. Diría incluso, que el pensamiento, es el responsable “estrella” de nuestra ansiedad.
Por ejemplo, un tipo de pensamiento que más ansiedad genera, es el pensamiento anticipatorio. Aquí os explico porqué:
Pensamientos anticipatorios
Uno de los grandes errores que cometemos en nuestra manera de pensar, es el de la anticipación. Por anticipar me refiero a pensar en el futuro y sí, lo considero un error por el hecho de ese gran lema que utilizo siempre en mis sesiones de psicoterapia:
«El pensamiento necesita ser ejecutado lo más inmediatamente posible… Y sólo pensando en el presente, esto podrá suceder”.
Si pensamos en el pasado, no podemos volver atrás.
Si pensamos en el futuro, tendremos que esperar y en ese tiempo de espera , es bastante probable que se nos genere ansiedad.
Es por eso, por lo que considero la anticipación un error. Porque nos generamos con ello, un daño a nosotros mismos.
Anticipamos, cuando hacemos planes y programamos, cuando damos por hecho situaciones que van a pasar y de esa determinada manera, cuando pensamos en las reacciones que van a tener los demás…
Y sigo insistiendo en que todos estos ejemplos, son errores que cometemos en nuestra manera de pensar.
Tengamos en cuenta que todo pensamiento genera una emoción. Si pensamos en algo que todavía no ha sucedido, generamos un sentimiento que no se corresponde con el momento actual y esto puede condicionar nuestra conducta.
Por ejemplo, si pienso que al pedirle un favor a un amigo, éste se va a hacer enfadar, directamente evito pedírselo. ¿Y por qué no lo intento? No debo quedarme sin pedir ayuda, si lo estoy necesitando…
A veces, también nos sucede a la inversa, que desde una emoción o sensación actual, imagine el futuro.
Por ejemplo, si me proponen ir mañana a un concierto de música rock, donde hace falta bailar para disfrutar y en ese momento, en que me lo plantean, estoy cansado y tengo sueño, es posible que diga que no, que no voy a tener fuerzas para aguantarlo… Traslado esa sensación, a lo que sucederá en el futuro.
Pero ya no sólo es que anticipar nos genere sensaciones erróneas, por el mero hecho de pensar, sino que incluso considero que a veces, el mero hecho de programar y planificar, también puede ser un error, si lo realizamos en exceso. Está bien que nos organizamos, que nos planeemos… pero a veces lo hacemos demasiado y debemos tener en cuenta, que es posible, incluso probable, que los planes no se lleguen a llevar a cabo. Por tanto, nos expondremos a una frustración.
Hay quien dijo una vez: “la vida es aquello que pasa, mientras hacemos planes”.
¡No os permitáis desaprovechar vuestra vida!.
Pero no sólo son los pensamientos anticipatorios los que nos generan ansiedad. Los pensamientos negativos en general, también suelen ser factores importantes que generan ansiedad.
Aquí, os cuento como eliminar esos pensamientos:
Cómo eliminar pensamientos negativos
Y es que, además en este artículo, vamos a aprender 3 estrategias para controlar las rumiaciones, y eliminar los pensamientos negativos, ya que son una gran causa de la ansiedad.
Eliminar pensamientos obsesivos
¿Sabéis lo que son las rumiaciones en psicología?
Los psicólogos llamamos rumiaciones, a esos pensamientos que no somos capaces de quitar de nuestra cabeza, pensamientos negativos incontrolables.
Esas ideas que no hacen nada más que dar vueltas y además tienen siempre carácter negativo.
Como ya hemos comentado varias veces, sabemos que nuestro cerebro se encarga de la adaptación y la supervivencia.
Es por esta razón, por la que es capaz de enredarse mucho más, en algo que le preocupa y le supone un problema, aunque no tenga solución, que no en un pensamiento positivo.
Sin embargo, y aquí os remito al ejemplo de la botella, no por darle muchas vueltas, vamos a conseguir solucionarlo antes o mejor. Al revés, acabaremos tan «agotados psicológicamente», que cuantas más vueltas le demos, más agrandaremos el problema y nos generará una mayor ansiedad.
Esta es la razón, por la que debemos dejar entrar en juego nuestra parte racional y controlar los pensamientos negativos, en este caso, deteniéndolo.
¿Cómo podemos detener los pensamientos negativos automáticos?
Estrategia 1: Supongo que habrás escuchado hablar de las técnicas del Mindfulness y de la meditación para eliminar pensamientos negativos.
Tanto si es que sí, como si no, en breve, escribiré sobre ellas.
Estas, sin duda, son estrategias para eliminar pensamientos negativos, y ayudas de los más adecuadas para la buena gestión del pensamiento, motivándonos al pensamiento centrado en el momento actual. Y aunque requieren de práctica y entrenamiento, en poco tiempo, se consigue ver sus resultados.
Estas técnicas, además se basan en la contemplación y esto significa llevar el pensamiento a donde tú quieras, contemplando una imagen o escena que también puede ser imaginada.
Estrategia 2: Y es aquí, en la imaginación, en donde yo me apoyo para proponer mi ejercicio básico de parada de pensamiento.
No voy a proponer NO pensar en aquello, que queremos detener. Acordaos del elefante rosa.
Lo que voy a proponer, es sustituir ese pensamiento negativo por un contenido imaginado que nos resulte agradable. Por ejemplo: ese lugar especial donde sueles ir de vacaciones, ese paisaje que siempre hayas querido visitar, o incluso «tu lugar» inventado. Sí, se trata de ese ejercicio de imaginación del que ya os hablé hace tiempo.
Estrategia 3: Otra alternativa a la hora de cambiar los pensamientos negativos automáticos, son las cadenas de palabras, secuencias de números, recordar la letra de una canción…
¿Te animas a probarlo? Como siempre te esperaré en los comentarios para conocer tu opinión sobre este ejercicio que te propongo.
Si te interesa el tema del manejo del pensamiento, quizás también te apetezca echarle un vistazo a mi libro: La guía del pensamiento.
Espero que estas tres estrategias para eliminar los pensamientos negativos te sea de gran utilidad.
El trabajo con el pensamiento, como remedio contra la ansiedad, sirve, para atacar al origen de esta.
Combatir los síntomas de ansiedad
Sin embargo, hay otros remedios, más basados en atacar al síntoma, como pueden ser lo que entendemos Técnicas de control de estrés técnicas de relajación.
Aquí os cuento sobre algunas de ellas:
Técnicas de Relajación
Tras varias semanas hablando de Inteligencia Emocional, e incluso sobre obsesiones, hoy quiero hablar de una de las herramientas más útiles, en el trabajo de todo ello: los ejercicios de relajación, para todos los que necesitáis aprender a relajarse mentalmente.
¿Para qué sirve la relajación?
Con los ejercicios de relajación, podemos conseguir parar nuestro pensamiento, al igual que podríamos calmar esa ansiedad que las obsesiones y rumiaciones, genera.
Además, gracias a una relajación continuada, podemos trabajar nuestro conocimiento y la gestión de nuestras emociones.
En los ejercicios de relajación también podemos lograr el autocontrol.
Y acercándonos ya más, a ejercicios de meditación, con ello podríamos incluso, trabajar la motivación.
Hoy, en esta entrada, además, os quiero contar en qué consisten las técnicas de relajación y con todo lo anterior, ya os podéis ir haciendo una idea de para qué sirven.
Y es que las técnicas de relajación no solo son técnicas de control de estrés, que ayudan a reducir tensión en momentos puntuales.
Se dice también, que dichas técnicas, son medidas preventivas, que gracias a sus efectos acumulativos, permiten proporcionarnos estados constantes y lineales de relajación, gracias a los cuales podremos expresar nuestras emociones de forma más fluida sin tener que, en contra, reprimirlas y finalizar en una explosión, que es lo que sucede cuando venimos durante un tiempo, guardándonos nuestros sentimientos.
Son las crisis de ansiedad, una de las más conocidas expresiones de tales explosiones de las que hablo.
Por eso, es recomendableque sepáis cómo aprender a relajarse mentalmente, para practicar relajación, no solo en esos momentos puntuales de estrés, sino también, en momentos de tranquilidad y calma, en una zona de confort, con temperatura agradable, ropa cómoda y en una postura correcta.
Esto nos sirve como práctica y entrenamiento, pero también supondrá un beneficio en cuanto a sus efectos acumulativos se refiere, sabiendo por tanto que se conseguirán mejores efectos, más a un medio o largo plazo.
Tipos de relajación
Existen distintos tipos de ejercicios de relajación que todos ellos, a parte de relajar, tienen unos efectos específicos, dependientes de la técnica.
Por ejemplo, existen:
Ejercicios de imaginación y visualización, en los que trabajamos con nuestro pensamiento, consiguiendo en primer lugar relajar nuestra mente y como tal, son más pasivos, requieren de una menor actividad física y sirven para un mejor control y parada de pensamiento.
Existe otro tipo de ejercicios mas dinámicos, en los que los movimientos corporales juegan un papel fundamental, como es la relajación Muscular Progresiva o técnica de Jackobson. Cuerpo y mente forman parte de un mismo sistema. Si relajamos nuestra mente, podremos relajar nuestro cuerpo y si relajamos nuestro cuerpo, conseguiremos relajar nuestra mente.
Además, también, como antes comentaba, existen los ejercicios de Meditación y Mindfulness, a partir de los cuales, no solo conseguimos el efecto de la relajación, sino que además, por medio de conseguir esa mente plena, ejercitar la contemplación y saber centrar la atención en nuestro presente, conseguiremos alcanzar esos efectos que científicamente, se ha demostrado que nos acercan a la Felicidad.
Recuerda que si te apetece comentar, te esperaré en los comentarios.
Si tienes alguna duda, además puedes contactar conmigo, por medio de la web.
Conclusiones finales sobre la ansiedad vista por tu psicóloga online
En esta entrada de hoy hemos aprendido que la ansiedad es una respuesta adaptativa que nos protege de las amenazas.
Así que, como paso número uno a la hora de combatirla, tenemos la aceptación, haciendo de ella, nuestra amiga.
El diálogo con nosotros mismos, es decir, el pensamiento, es un elemento clave en el origen de la ansiedad y por tanto, trabajar en ello, nos puede ayudar a prevenirla, tratarla y hacer que no se convierta un obstáculo en nuestra vida.
Sin embargo, como tratamiento de los síntomas de ansiedad (insisto: no tanto del origen, como lo es el pensamiento, si no, ya, de los síntomas) encontraremos como herramientas estrella, las técnicas de relajación, meditación y mindfullnes.
Si estas sufriendo un problema de ansiedad, ya sea de manera puntual, o siempre ha estado muy presente en tu vida y no sabes como gestionarlo, no dejes de contactar conmigo de las diferentes formas que puedes encontrar en la web, teléfono, whatsapp, email o formulario de contacto.
Paula Massa
Contáctame y dime cómo puedo ayudarte
Otros Artículos de psicología que pueden ser de tu interés
Gestionar el consentimiento de las cookies
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional
Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos.El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu Proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.